Eucharist Miracle Eucharist Miracles

21 de febrero de 1997

El día 21 de febrero, mientras nosotros estábamos haciendo el Vía Crucis en la capilla, Marisa estaba sola en su habitación y estaba orando, cuando de improvisto, se le apareció San Juan Bosco que puso una forma en una caja que pidió y se la dio a Marisa diciéndole: "Contiene una hostia dividida en dos y manchada por la sangre de Jesús". La caja emanaba un maravilloso perfume, pero Marisa no lo abrió, porque deseaba esperar a Don Claudio. Cuando el sacerdote fue informado subió de inmediato acompañado de algunos jóvenes y adultos; entonces abrió la caja y los presentes vieron la hostia dividida en dos y manchada de sangre.

Dejemos la palabra a la Madre de la Eucaristía: "Todavía una vez más el milagro eucarístico se ha repetido de forma muy grande. Yo no he vendo porque vuestra hermana está de abstinencia, pero he mandado a un santo nuestro, San Juan Bosco, a llevar la Eucaristía divida en dos y manchada de sangre, para hacer comprender a los sacerdotes que cuando celebran la Santa Misa y consagran la santa hostia allí está presente Jesús en cuerpo, sangre, alma y divinidad. San Juan Bosco es el santo más cercano a vuestros tiempos; estaba vestido de sacerdote, llevaba puesta el alba y la casulla y estaba muy hermoso, al igual que estaba hermosa la que escuchaba lo que decía el santo".

La Virgen, el 23 de febrero, hizo levantar a Marisa de la silla de ruedas, la acompañó a tomar la hostia manchada de sangre y le dijo que encabezara la procesión. Muchos lloraban de emoción. Tras la indicación de la Madre de la Eucaristía, la hostia manchada de sangre fue partida en diversos fragmentos dados después en comunión a los enfermos graves que estaban presentes.

Al término del encuentro de oración la Madre de la Eucaristía dio un fuerte e importante mensaje: "Se ha hecho una campaña denigratoria contra este lugar. No es posible que todavía hoy, después de dos mil años, los sacerdotes prohiban venir a este lugar, mientras que después corren a los lugares donde hay... una especie de aprobación. Dios ha dado este gran don, pero no era cierto para ellos (Cf. Mt. 11, 25).

¿Por qué no vienen los sacerdotes y las religiosas) ¿Por qué la Eucaristía da miedo, por qué no creen que en cualquier hostia que sea, pequeña o grande, está Jesús presente en cuerpo, sangre, alma y divinidad?. Los sacerdotes no vienen aquí solamente por despecho contra vuestro sacerdote y no saben que así ofenden a mi Hijo Jesús. Mientras el sacerdote se sienta grande y tenga el poder en la mano, sabe que puede hacer todo con el poder, no llegará nunca a nada bueno".

El fin de mes de febrero terminó con una gran advertencia materna: "Más que presenciar las apariciones, la Mamá desea que vengáis aquí por el encuentro bíblico: el encuentro bíblico es más importante que las apariciones. Recordad la sucesión: Santa Misa, Eucaristía, encuentro bíblico, catequesis, Santo Rosario, aparición mariana.