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Adviento

Collection Carta di Dios

Roma, 3 de diciembre de 1989 – h.5:30 p.m.

Carta di Dios

Mensaje de Nuestra Señora

Mis queridos hijos, he esperado este día para venir en medio de vosotros. Debéis tener más caridad y menos pietismo, la caridad es verdad, es sinceridad, es pureza. Habéis empezado el Adviento para preparar vuestro corazón para la venida de mi Hijo Jesús; preparadlo con amor y con pequeños gestos de caridad. Creed, hijitos míos, no os pido grandes cosas; os he pedido que hagáis el examen de conciencia, os he pedido que os confeséis y os he pedido que améis. Os he enseñado a hacer el signo de la Cruz, no quitéis la mano como si alejaráis algún mosquito, haced bien la señal de la cruz, con calma, haced cada cosa con calma.

Ahora os dijo una cosa hermosísima que vuestro sacerdote después os explicará: aprended a hacer silencio interior, el silencio interior. Ahora orad conmigo y decid: Madre de la Eucaristía ora con nosotros.

Junto al sacerdote os bendigo y os cubro con mi manto materno. Id en la paz de Dios Padre, de Dios Hijo, de Dios Espíritu Santo. Sea alabado Jesucristo.



Roma, 3 de diciembre 1995

Nuestra Señora - "Mis amados hijos, gracias por su presencia aquí.

Si desean hacer un sacrificio, arrodíllense, pero si están cansados o adoloridos permanezcan de pie: su Madre los contempla y mi Hijo Jesús los contempla. Los invito a estar preparados para mi fiesta (8 de diciembre), pero sobre todo para la llegada de mi pequeño Jesús. La Madre los invita, todo el tiempo, a estar preparados por medio de la oración, el sacrificio y mediante actos de mortificación, pero sobre todo, los insto a no permitir que el Diablo entre: éste es el momento en el que el Diablo fácilmente puede debilitar mi camino hacia ustedes.

¿Desean que él gane? No le dejen lugar, no lo escuchen. Deben hablar bien. Cuando se alarga el discurso, eso lo logra, es el momento en el que el Diablo penetra. Mi invitación es: ¡OREN! Prepárense para el día de la Solemnidad de la Virgen, pero sobre todo prepárense para recibir al Santo Niño.

Así como Yo preparé pequeñas camisas y pequeñas ropas (para Él), realicen actos de mortificación y sacrificios, para que estén preparados para vestir al Santo Niño con mucho amor y caridad.

Oren por la gente que es la causa de sus dolores, no hablen mal, no escuchen y reporten lo que pueda ser mal comprendido o interpretado. Sigan en el amor de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

¡Alégrense, mis amados hijos y anímense siempre!

El Santo Niño vino con humildad, después Jesús vendrá al final del tiempo, hermoso, resplandeciente y todo vestido de blanco y al final del tiempo, Él vendrá a juzgarlos a todos.

Ahora muestran la intención de recibir Su misericordia en la Santa Confesión. No usen la confesión para hablar de la gente; en la confesión cada quien debe hablar de sí mismo. La confesión es entre Dios y el hombre por medio del sacerdote.

Oren para que puedan recibir el gozo, vivir este gozo, amarse los unos a los otros en el gozo.

Mis amados hijos, les insto a no dejar un espacio vacío, porque el diablo puede fácilmente debilitar mi camino hacia ustedes. La Madre que los ve orando a todos en este lugar, está con todos ustedes. Ella ora con ustedes y los ama a cada uno. Amen al sacerdote (Nota: Don Claudio Gatti), amen a los obispos y a los sacerdotes unidos al Papa. ¡Actualmente el Papa se llama Juan Pablo Segundo y no PRIMERO o TERCERO, sino Juan Pablo Segundo! (Nota: esta acotación parece ser muy importante para el futuro).

Oren por Mi Papa y el suyo.

Oren por la paz, no hay paz en el mundo, ni en la Iglesia, ni en las familias, porque no la desean.

Los invito a orar por cada uno de ustedes con su Madre y con su Jesús, Mi Jesús. Doy mi beso a los niños y a los enfermos.

También bendigo a sus objetos sagrados.

Los llevo a todos en mi Corazón y los cubro con Mi manto maternal.

Vayan en paz con Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

Alabado sea Jesucristo."



Roma, 9 diciembre 2007 - hora 10:30 a.m. (Carta de Dios)

Nuestra Señora - Sea alabado Jesucristo, mis queridos hijos. Hoy no está Jesús. Hoy, como sabéis bien, es el segundo domingo de Adviento. Este año no he dicho que preparéis la canastilla para el pequeño Jesús que tiene que nacer. Cuando la madre espera un niño, prepara todo lo que hace falta de modo que cuando nazca tenga de todo. Por desgracia cuando nació el pequeño Jesús yo no tenía mucho, tenía solo un pequeño paño que he usado como mantita para resguardarlo del frío. He aquí porque se dice que el buey y el asno lo han calentado. Tenía que tener a Jesús apretado fuerte contra mi corazón para calentarlo.

Vosotros, como cada año, preparad la canastilla para el pequeño Jesús, con los sacrificios, los florilegios y las oraciones. La oración más grande y más importante es la S. Misa y la S. Comunión. Es inútil ir a Misa y no recibir a Jesús Eucaristía, o peor aún recibirlo sin estar en gracia, esto hace sufrir a Jesús y a mi. Yo no hablo para vosotros, sino para todo el mundo, para los sacerdotes y cuando digo sacerdotes quiero decir del sacerdote mas grande al más pequeño, para las hermanas y los laicos. ¡Cuantas personas por respeto humano reciben la S. Comunión en pecado y cometen sacrilegio! ¿Y luego queréis que llegue la paz? ¿Quién hace sufrir al pequeño? ¿Quién hace sufrir al pobre? Los grandes; no los grandes de edad, naturalmente, sino los que se sienten que ya han llegado arriba, que tienen poder. Cuando alguno sufre y no viste bien, es apartado. ¿Te suena, Marisella?

Marisa - Calla. Esto no tenías que decirlo.

Nuestra Señora - Os digo a vosotros, pequeño rebaño, al que Jesús y yo amamos mucho y sobre el que hemos puesto los ojos, preparad la canastilla al Niño Jesús. Os hago una recomendación: todo tiene que pasar a través del Obispo. Ninguno de vosotros se tiene que sentir superior o tomar iniciativas que el Obispo no conoce: esto es respeto. Vosotros sois todos iguales, desde Marisella para abajo. Ninguno tiene que asumirse responsabilidades que no le competen, decir algo que el Obispo no ha dicho, o cambiar lo que ha decidido. Sois más fuertes, más expertos. Cuando alguno cambia arbitrariamente las disposiciones recibidas, tenéis que actuar con rapidez y decir: ¡No, el Obispo no ha dicho esto! O bien: ¿Lo sabe el Obispo? Una piedra se tiene que limar por todos los ángulos para que se vuelva lisa, vosotros limad vuestros ángulos, tratad de ser humildes. Ha empezado el año de la Esperanza. Hay todavía pequeños ángulos que limar al preparar la iglesia y la basílica. Es fácil estar de acuerdo cuando hay humildad y confianza hacia la persona. Podéis equivocaros porque sois hombres, pero subsanadlo enseguida.

La Navidad está cerca, el Niño Jesús está a punto de nacer, preparad su canastilla. Haced rezar a vuestros niños. Que una niña no meta más el dedito en la boca: esto es un florilegio para el Niño Jesús.

Marisa - Mira que ella te oye, porque es inteligente.

Nuestra Señora - Saretta, ¿quieres quitarte el dedito de la boca? Que todos vean lo guapa que eres.

Marisa - Hace falta paciencia.

Nuestra Señora - Bien, mis queridos hijos, no digo nada más. Pequeños y grandes, preparad la canastilla a Jesús, los pequeños en las pequeñas cosas, los grandes en las cosas grandes. Una niña no puede decir un rosario, no puede hace una penitencia, pero puede decir una pequeña oracioncita.

Mis queridos hijos, siempre vengo en medio de vosotros con gran alegría y si hay algo que decir, tengo que llamaros la atención, tengo que hacerlo. Repito lo que dice vuestro Obispo: tengo que llamaros la atención porque al infierno por culpa vuestra no quiero ir. Y como yo estoy en el Paraíso y al infierno no voy, y no quiero ni siquiera verlo, haced como os he dicho: llamad la atención con amor y con caridad a las personas y tened esperanza de que cambien.

Alguno está pensando: ¡Nuestra Señora se está alargando como el Obispo! Sí, y quiero decir todavía una cosa: hay alguno que durante la Misa, o mientras espera al Obispo para la Misa, se gira a mirar atrás; esto no es bonito. ¿Qué os importa quien entra o quien sale? Mirad siempre al altar. Cuando estabais en la capillita era un continuo girar las cabezas. Cuando se abría la puerta, os girabais todos a la vez; no, esto no es bonito, quiere decir que no estáis en oración. Orad, amaos y esperad siempre en Dios, Padre Omnipotente.

Junto a mi Obispo y vuestro os bendigo, a vuestros seres queridos, a todos los niños, grandes y pequeños, a los enfermos, a los ancianos y a los misioneros. Os traigo a todos junto a mi corazón y os cubro con mi manto materno. Id en la paz de Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo. Sea alabado Jesucristo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Sara, ¿mandas un besito a la Virgencita? Muy bien.. Emmanuel, gran filósofo, manda un besito a la Virgencita.



Roma, 15 de diciembre 96, 10:30 a.m.

Nuestra Señora - "Mis amados hijos, gracias por su presencia aquí. Gracias por la procesión penitencial que han hecho en espera de la venida de mi hijo Jesús, del pequeño niño Jesús. Preparen el camino a Jesús con amor y generosidad y entonces con humildad, dejen lugar para el pequeño niño Jesús. Estoy aquí entre ustedes como una Madre: He prometido venir a hacer la procesión penitencial con ustedes para la conversión de mucha, mucha gente que no ama a Jesús. Los invito a orar por esa gente que no ama a Jesús, es deber de todo Cristiano orar por la demás gente. Vengan aquí y adoren a Jesús, así que hoy los invito a iniciar la novena por el pequeño niño Jesús, y Yo, la Madre con el pequeño niño Jesús, estaré aquí en este prodigioso lugar durante la vigilia de la Santa Navidad, el martes 24 a las 11 p.m.

Muchas veces la Madre los ha invitado a pedir esas gracias que necesitan, pero olvidan algo, olvidan decir: "¡Mi Dios, hágase tu voluntad!", los invito a pedir las gracias, pero también los he invitado a hacer la voluntad de Dios. Se que resulta muy difícil para ustedes los hombres, Dios puede hacer todo lo que le pidan, pero sólo si esto es su voluntad; Yo, siendo su sierva, siempre he hecho su voluntad, también en los momentos más difíciles, también cuando mi esposo José estaba enfermo y por muchos años cuidé de él y luego él se fue y subió al Padre: en ese momento también incliné mi cabeza y dije: "¡Mi Dios, Mi Todo, hágase Tu voluntad!". A la Madre le gustaría que alcanzaran este nivel: "¡Mi Dios, te pido esta gracia, pero que tu voluntad se haga siempre!", sé que es difícil desde el punto de vista humano, no piensen que la Madre no lo nota, pero si ustedes se afianzan con todas sus fuerzas a Jesús la Eucaristía encontraran un camino allanado, como Juan hizo cuando allanó los caminos para la venida de Jesús: "¿Quién soy yo, Juan, ante el que ha de venir?".

Los invito a llevar bien esta novena, no sólo piensen en las cosas materiales, ¡nunca! Todo es hermoso, todo debe ser celebrado, pero la mayor fiesta es en unión con Jesús la Eucaristía. Les digo lo que deben hacer: hagan la novena invocando al Espíritu Santo que venga sobre cada uno de ustedes y culminen con la vigilia de oración el martes a las 11:00 p.m.

Mis amados hijos, es mi gran amargura, que la Santa Misa no se pueda celebrar en este lugar, pero la Santa Misa llegará, mas cuando llegue será un momento muy difícil para la Iglesia. Oren, oren mucho, estos tiempos son muy difíciles, ustedes no conocen los tiempos de Dios, cuántas veces he dicho: "Los tiempos están muy cerca" y además he dicho: "Quien vive en la gracia de Dios, nada debe temer", ¡anímense pues y oren! Más que nunca en este momento la Madre les pide orar por el Santo Padre, cuyo nombre hoy es Juan Pablo II, Karol Woityla.

Mi amada hija (Nota: Marisa), soy feliz cuando me pides algo con tu sencillez e ingenuidad y me haces sonreír y ustedes, mis amados hijos, ¡den gloria a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo! La Madre les pide que no se concentren en ustedes, sino que tomen en cuenta a la gente que les rodea, aprendan a orar también por la demás gente, no piensen solamente en su pequeño jardín particular, oren también por la gente que está cerca y lejos de ustedes y por esa gente que aumenta su sufrimiento. Si sólo piensan en ustedes, no pueden caminar, no pueden seguir adelante, mis amados hijos, tienen que pensar en todos y entonces deberán disfrutar la Eucaristía también. Hoy no hay Eucaristía porque su hermana ha estado en abstinencia. Yo me aparezco por ustedes, porque ella está en abstinencia misma que continuará durante todos estos días y es muy dura para ella, cuando la abstinencia llega es un sacrificio muy grande, pero ella lo acepta, a pesar de que ella es la que necesita una ayuda mucho mayor que todos ustedes aquí presentes. Ahora mis amados hijos, unan sus pensamientos en oración, cierren la puerta de su corazón y pidan a Jesús todas esas gracias que necesitan. Abran sus brazos, levanten sus ojos al cielo y exclamen conmigo el Padrenuestro. Permitan que su corazón esté limpio y siempre en la gracia de Dios. ¡Que tengan una buena novena y una festividad gozosa, siempre deben regocijarse, aún si hay sufrimiento! ¡Regocíjense! El tiempo vuela sobre la Tierra, entonces habrá el gozo eterno. Este es mi deseo: ¡Todos ustedes conmigo en el Paraíso!

Con el sacerdote, los bendigo a todos, a sus seres queridos, beso al bebé Jacopo y a todos los niños enfermos, bendigo sus objetos sacramentales, los traigo a todos adentro de mi corazón y los cubro con mi manto maternal. Vayan en la paz de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Alabado sea Jesús"



20 diciembre 1998, 10:30 a.m. (Mensaje de Nuestra Señora)

Nuestra Señora: "Mis amados hijos, gracias por su presencia aquí. Hoy es el sexto día de la novena y les pedí que prepararan las ropitas de bebé para el Santo Niño: ¿qué es lo que han conseguido? Me gustaría que mi mensaje del pasado 13 diciembre que hoy ha sido muy bien explicado por su sacerdote, sea llevado a la práctica por todos. ¡Reciban la Eucaristía como les guste, ustedes son libres, pero reciban a mi hijo Jesús en estado de gracia! ¿Cuántas veces les he dicho esto? No obstante las personas están perdiendo el tiempo, pero yo también estoy perdiendo el tiempo y su sacerdote y también ustedes que escuchan, porque siempre estoy repitiéndome: este mensaje está dirigido a todos, a todas las personas que pierden el tiempo hablando sobre cosas que nadie dijo, porque Dios nunca me pidió que dijera a ningún vidente cómo recibir la Sagrada Comunión. Sólo dije que reciban a mi hijo Jesús en estado de gracia. ¿Por qué es tan difícil entenderlo? Abandónense a Dios y no usen mi imagen para decir lo que nunca dije. Mis amados hijos, yo también preparo con ustedes, la ropita de bebé para ayudarlos. La venida del Santo Niño debe darles la fuerza y el valor para seguir. Así que esperen este tan gran y bonito día, porque el Santo Niño vendrá a la Tierra en medio de todos los hombres. Los amo a todos ustedes y yo me repito porque es correcto que la Madre se repita, los amo a todos ustedes: por tanto les pido que amen a mi hijo Jesús tal como yo los amo, pero sobre todo tal como Jesús los ama. A veces se duermen, a veces le dan importancia a algo que no la tiene, a veces se despiertan y continúan. Debe despertarse y siempre estar despiertos, siempre preparados, siempre en estado de gracia.

El Santo Niño vendrá a este lugar por los niños, para darles una cordial bienvenida, Él es muy pequeño y algunos de ustedes lo arrullarán y lo sostendrán firme contra su corazón. Así es que ustedes deben arrullar a mi hijo Jesús y debe decirle: "Jesús mío, ayuda a todos los hombres de la Tierra y en especial a los grandes hombres, porque los hombres pequeños son sencillos y humildes, así es que ayuda a todos nosotros aquí presentes...." ¡Mis amados hijos, yo estoy orando por ustedes! Pídanle a Jesús que ayude a su sacerdote, que trabaja muy bien en la Iglesia y con sencillez háblenle al Santo Niño, no vean al Jesús adulto, vean al pequeño niño Jesús, ¿cómo se comportarían ustedes con un niño? Las madres lo saben muy bien, aun cuando los niños exigen mucho, ellos siempre son los hermanos pequeños de Jesús.

Oh, cuando Dios lo quiera, ustedes verán esta escena muy hermosa: a los niños que están a mi alrededor, acariciando mi vientre porque ellos le hablan al Santo Niño. así es que ustedes deben hablarle al Santo Niño Quién los ama a todos ustedes. Continúen esta novena, yo estoy con ustedes. Nos vemos el próximo día 23 y en la noche del día 24. Aquéllos de ustedes que puedan, vengan aquí esa noche, estarán junto a la Familia de Nazaret, con el Santo Niño.

Con el sacerdote los bendigo a ustedes, a sus seres queridos y a sus objetos sacramentales, los traigo a todos adentro de mi corazón y los cubro con mi manto maternal. Vayan en la paz de Dios Padre, de Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Alabado sea Jesucristo".