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El Señor ha confiado a la Vidente otra importante misión

Nuestra Señora, actualmente, como ella misma nos ha hecho saber, se aparece sólo en el lugar taumatúrgico en Roma, en via delle Benedettine, a la Vidente Marisa Rossi. Hace 34 años que el Señor ha confiado a Su Excelencia Mons. Claudio Gatti, Obispo ordenado por Dios y a Marisa Rossi, una misión, la más grande de la historia de la Iglesia, y es el triunfo de la Eucaristía. De hecho, gracias al trabajo, a los sufrimientos y al amor de los dos apóstoles llamados por Dios, Jesús Eucaristía y la Madre de la Eucaristía, hoy son amados en cada rincón de la Tierra. La confirmación más grande ha sido el año de la Eucaristía, propuesto por Mons. Claudio Gatti y promovido por el Papa Juan Pablo II en toda la Iglesia. En Roma se han verificado 185 milagros eucarísticos, algunos con efusión de sangre y ha habido numerosas teofanías trinitarias durante las cuales Dios Padre ha dado mensajes. El día 11 de junio del 2000, durante la Santa Misa, después que el Obispo hubo pronunciado la fórmula de consagración, la hostia empezó a sangrar entre sus manos delante de numerosos fieles presentes.

El Obispo de la Eucaristía y la Víctima del amor continúan sufriendo por la Iglesia porque los tiempos de Dios aún no han llegado. La autoridad eclesiástica en lugar de acoger con reconocimiento estos grandes dones de Dios, los combate, los condena y los atribuye al demonio. El Señor todavía no interviene para derrocar a los poderosos del trono, a Sus enemigos, porque los quiere salvar. "Si no llega la auténtica conversión de los hombres de la Iglesia, Dios intervendrá, pero no en este momento, porque son muchos, muchos, muchos los que viven en el pecado y no aman a Jesús Eucaristía". Esto es lo que ha dicho la Madre de la Eucaristía en la aparición del 5 de noviembre del 2005. El primer día del año nuevo el Señor ha confiado un importantísimo encargo a la Vidente. El Obispo ordenado por Dios no nos ha hablado detalladamente del contenido de este importante encargo, sino que se ha limitado a decir que hace referencia a la Iglesia, por la cual Marisa se está consumiendo día a día entre atroces dolores y una continua pasión. De hecho, el Señor, había llamado a diversas almas para que ofrecieran sus propios sufrimientos para el renacimiento de la Iglesia. En todo el mundo solo tres habían respondido a este llamamiento y entre éstas Marisa Rossi. Recientemente la Madre de la Eucaristía, la Cartera de Dios, como le gusta definirse a ella, nos ha comunicado que dos de estas personas se han retirado. Por lo tanto, ahora ha quedado solo Marisa para sufrir por todos.

S. E. Mons. Claudio Gatti escribió, el pasado septiembre, una maravillosa carta al Papa Benedicto XVI, en la que explica su situación y solicita ser recibido por Su Santidad. El contenido de esta carta, escrita por voluntad de Dios, es muy importante para el presente, pero sobre todo para el futuro de la Iglesia. En la carta de Dios del 5 de noviembre del 2005 la Madre de la Eucaristía dijo: "Al nuevo Papa se le ha escrito una carta muy hermosa, pero Benedicto XVI no ha respondido." Esta carta podría, si fuera acogida, evitar a la Iglesia el feo papel de condenar a dos inocentes, cuya única culpa es la de trabajar para la viña del Señor, amando y defendiendo a la Eucaristía a coste de su vida misma.